• La obesidad infantil y el impacto en la salud de los niños

    La obesidad infantil es una enfermedad crónica asociada al sedentarismo y a los malos hábitos alimenticios, este problema en los más jóvenes ha ido en aumento en los últimos años a nivel mundial y en caso de no controlarse podría desencadenar la aparición de problemas de salud como diabetes, hipertensión, alteraciones del sueño, mayor posibilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares, aumento de colesterol y triglicéridos.

    Existen varios factores que aumentan el riesgo de generar obesidad infantil.

    Leche de fórmula

    El primer factor de riesgo inicia desde la lactancia, cuando se alimenta a los bebés con leche de fórmula, pues esta contiene más proteína a comparación de la leche materna y genera un aumento de peso más acelerado y excesivo.

    Alimentación

    Cuando inicia la etapa de alimentación complementaria en los más pequeños se debe evitar el consumo de alimentos procesados como embutidos, enlatados, paquetes y bebidas azucaradas como los jugos artificiales y gaseosas, ya que este tipo de comidas tiene una relación muy estrecha con la obesidad y el sobrepeso por el alto contenido de azúcar y sodio.

    Sedentarismo

    Las pantallas contribuyen al problema del sedentarismo en los niños generando mayor riesgo a la obesidad. En este caso los niños requieren de por lo menos 60 minutos de actividad física diariamente.

    Hábitos Familiares

    Muchos de los niños que padecen de esta enfermedad tienen padres que padecen de obesidad e imitan los malos hábitos alimenticios y la falta de actividad física.

    Cómo prevenir la obesidad infantil

    Es importante prevenir la obesidad desde la etapa prenatal. Las madres deben iniciar el embarazo con un peso adecuado y mantener un buen estado nutricional que evite que los bebés tengan factores que los lleven a tener obesidad, además lo ideal es que la lactancia materna sea una opción exclusiva para prevenir la enfermedad.

    También es recomendables que los niños consuman 5 porciones de frutas y verduras al día acompañadas con agua, evitando así los jugos artificiales e incentivarlos a realizar actividades físicas que sean divertidas como bailar o jugar.

    Existen tratamientos para tratar este tipo de enfermedades, como la ayuda de expertos. Ellos harán una intervención y acompañamiento en los hábitos de vida en cuanto a aspectos nutricionales y actividad física, en caso de no presentar mejoras ya se debe llevar a cabo intervenciones farmacológica.